Ciclo B

Exposición del Santísimo Y Oración

 

Exposición del Santísimo 

En San Pedro Apóstol TODOS LOS JUEVES de 19.30 a 20.30

En Santa María TODOS LOS DOMIGOS de 19.00 a 19.30

En Las Mínimas TODA la mañana de 9.30 a 13.00

 

 

 

 

 

 

DOMINGO II DE PASCUA. DE LA DIVINA MISERICORDIA. 7 DE ABRIL DE 2024

Hch 4,32-35: Distribuían según lo que necesitaba cada uno.

Sal 117: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.

1Jn 5,1-6: ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Jn 20,19-31: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

 

            Nuestro tiempo viene pautado por un esquema semanal. En este espacio distribuimos nuestras tareas, que vienen a repetirse sustancialmente semana tras semana. En ella prevalece un día que se significa entre los demás como referencia. Lo común actualmente es hablar de un largo día llamado fin de semana, que parece darle sentido al resto del tiempo, cuanto momento de expansión, libertad, donde uno retoma su libertad, muy restringida en el trabajo y quehaceres del resto de la semana.

            Si es común esta forma de vivir el tiempo, también será común una concepción de los días como un fardo más o menos pesado, donde se recogen los frutos, el salario, para poder disfrutarlos en ese día especial que tiende a prolongarse hasta las tres jornadas (de viernes a domingo). Difiere mucho esto del modo de concebir el tiempo en la tradición creyente judeocristiana. Para los judíos el último día de su semana era el Sabbat, momento para el descanso de las labores cotidianas, en las que el hombre se identifica como colaborador del Dios Creador. El sábado resplandece como la jornada para la alabanza divina, para la acción de gracias, para reposar en la contemplación de Dios. Esta jornada da acceso al preludio del paraíso, donde el pueblo elegido y todas las naciones cumplirán perfectamente la Ley.

            La semana cristiana atraviesa el Sabbat para llegar de nuevo al primer día de la semana. El pasaje de Juan de este día sucede en dos domingos, el de la resurrección y el siguiente. Parece querer insistirnos en la importancia de este día, tal como lo vivían desde el principio los cristianos. El hombre pasa de ser el colaborador predilecto de Dios a ser protagonista de su obra, con quien construye el Reino entre los hombres; con quien comparte soberanía para reinar con él.

            Tomás se había quedado varada en el viernes, día de la creación del hombre y de su destrucción. Para él había quedado frustrado el Sabbat judío, por lo que no quería llegar más allá. A pesar de la insistencia de sus compañeros y de que, sus palabras, su entusiasmo, las expresiones de sus rostros… no los creyó. Su tiempo se había quedado detenido en los límites humanos y no daba paso al Espíritu de Dios que impulsa hacia otra dimensión del tiempo. La Palabra de Dios nos interpela sobre el modo de vivir nuestro tiempo y nos muestra cómo las primeras comunidades, con un mismo sentir y amar, compartían su fe. 

Programación Pastoral 2021-2022