Ciclo A

Exposición del Santísimo Y Oración

 

Exposición del Santísimo 

En San Pedro Apóstol TODOS LOS JUEVES de 19.30 a 20.30

En Santa María TODOS LOS DOMIGOS de 19.00 a 19.30

En Las Mínimas TODA la mañana de 9.30 a 13.00

 

 

 

 

 

 

SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO. 26 de noviembre de 2023

Ez 34,11-12.15-17: “Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro”.

Sal 22: El Señor es mi pastor, nada me falta.

1Co 15, 20-26.28: Dios lo será todo para todos.

Mt 25,31-46: Heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

 

La búsqueda nos pone en disposición de alcanzar un objetivo. Cuando lo que se busca es importante, la implicación es mayor, los sentidos de aguzan y la atención se centra. El buscador se prepara a sí mismo y el terreno, aunque también hay situaciones que anhelamos conseguir, pero nos vienen dadas, sin esfuerzo. Tomamos consciencia de ello cuando nos falta o tenemos que esforzarnos en encontrar lo que antes simplemente estaba ahí.  

Es un deseo común tener a alguien que te espere, un auténtico regalo. Los más pequeños suelen encontrar siempre la casa habitada con un familiar, una persona querida que te está esperando, que se preocupa y está pendiente. En nuestra infancia solía ser la madre o los abuelos. Es un tesoro gratuito que, simplemente, está ahí, porque hay alguien que quiere desempeñar esa tarea. Y el deseo, a mi parecer, nos acompaña toda la vida. ¿Cómo no anhelar la presencia de alguien que te esté esperando, porque eres importante para él? Yendo un poco más lejos: ¿cómo no desear que haya alguien que salga a buscarte, especialmente cuando tu vida corre peligro?

El profeta Ezequiel echa mano a la imagen del pastor (que parece que en la literatura oriental se empleaba también para referirse al rey), para mostrar la incondicionalidad divina que, con admirable delicadeza, no solo está pendiente, sino que también sale a buscar para dar a cada oveja lo que necesita. Para ello, en algunas traducciones del pasaje dice que sigue su rastro. Mira atento a los vestigios que apuntan hacia el lugar donde podemos encontrarnos y lo hace de forma personal y exclusiva. A las ovejas extraviadas sale a su encuentro para rescatarlas y guiarlas, a las enfermas para curarlas y a las robustas para protegerlas y seguir haciéndolas prosperar.

Junto a esta preciosa metáfora de Dios como pastor, se une hoy el título de rey del universo. Con lo cual el Señor que te espera, que tiene el hogar habitado con su presencia para que te encuentres con Él y que sale a buscarte preocupándose por ti, se muestra soberano de todo; es Creador, es quien guía los acontecimientos y quien quiere que cada uno de nosotros seamos también reyes. Estamos modelados para la resurrección.

Las circunstancias políticas globales y nacionales de la actualidad inquietan y causan bandos de entusiastas y detractores. El cristiano ha cuidar una actitud responsable para con sus dirigentes y debe implicarse en hacer que prevalezca la justicia, la paz, la atención a los más necesitados, el buen uso de los recursos, pero el que alegra su corazón no es ningún gobernante, siempre falibles y limitados, solo Dios. No debemos dejar que nuestra paz y la calidad cristiana dependa de la coyuntura social, económica y política centren su búsqueda en lo que nos ofrezca este gobierno o la oposición, porque nuestro rey es otro, nuestra esperanza está en otro lugar y nuestra prioridad…

…Nuestra prioridad se encuentra en aquellos que, buscando al Señor, Él nos presenta en el camino. Donde la condición humana se hace más visiblemente débil, donde más atención necesita, allí está Jesucristo. El rey todopoderoso se identifica con aquellos a quienes las decisiones de los reyes de este mundo suelen perjudicar o no atender o descuidar o beneficiar en menor medida. Para ellos nuestra prioridad, porque encontrándonos con ellos estaremos encontrándonos con el mismo Cristo y la búsqueda tendrá éxito; son su rastro, vestigios de su presencia entre nosotros. Jesucristo mismo viene a nosotros en las personas que se hacen presente en nuestro camino y a quienes tenemos que ofrecer un hogar habitado, un corazón compasivo y acogedor que busque su bien y se esfuerce por paliar sus necesidades.

Según las palabras del evangelio de este domingo en este episodio del juicio final, que san Mateo ubica justo antes del relato de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, lo que hagamos a cada uno de esos, los pequeños, a Él se lo hacemos. Por tanto, quien busca y quiere encontrarse con el hogar habitado del cielo en la resurrección de los justos, tendrá que hacer aquí hogar para los predilectos del Señor. Hará ver, de este modo, que ellos también están invitados a la resurrección, porque Dios los cuida a través de ti.

Programación Pastoral 2021-2022