DOMINGO DE RAMOS (ciclo B). 24 de marzo de 2024

Is 50,4-7: El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes.

Sal 21: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Fp 2,6-11: Tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Mc 15,1-39: Realmente este hombre era Hijo de Dios.

 

 

Llega el Domingo de Ramos invitándonos a los últimos preparativos para la Semana Santa, y él es ya Semana Santa. Casi todo viene anunciado este día, abriéndonos a la contemplación del Cristo reconocido y exitoso hasta la del Jesús maltratado y derrotado. Él lo va a dejar todo dicho, a los hombres y al Padre, y nos quedaremos esperando la respuesta de Dios Padre a la obediencia del Hijo. No se puede llegar hasta allí sino recorriendo, punto por punto, los acontecimientos últimos, decisivos, de la vida del Maestro, y hacerlo como discípulo. A la Resurrección solo se accede tras conocer la hondura del pecado humano y la misericordia divina manifestada en la Cruz del Salvador y en el silencio de su sepulcro.

 

 

Las lecturas insisten en el hombre enviado por Dios hecho humilde, para pasar por uno de tantos, y maltratado para llevar los pecados de otros. Hecho fragilidad humana, para robustecerla de salud divina. ¿En qué quedará todo esto de comprensión, de vida, de celebración? La respuesta comienza a escribirse ya, en este pórtico hacia el Triduo Pascual.